Llevo ya tiempo intentando captar a los lugareños en diferentes actitudes, pero, por diferentes motivos, no me está siendo fácil. Por ejemplo, la que más llama la atención, muchos incluso lo consideran deporte nacional, se quedan dormidos en cualquier parte. Hoy he visto en el autobús a una chica de pie agarrada a la barra y dando cabezadas! Increíble. En el tren ya ni os cuento. Hay dos clases de viajeros: los que miran la pantalla del móvil y los que asienten con los ojos cerrados. De esta faceta solo he podido retratar a uno de los estudiantes del profesor con el que trabajo. Llegué de comer y me lo encuentro de esta guisa.
Os prometo que el tío estaba bien dormido. Lo que no entiendo es como coño se mantenía recto entre dos taburetes. En fin, astonishing.
Otra costumbre que tienen es la de hacer cola para todo. Que está muy bien, puesto que así el primero que llega a la parada entre primero, justo, no? Además nadie intenta colarse ni hay empujones ni nada por el estilo.
El tercer habito del que os hablaré, quizás uno de los más conocidos, es el de descalzarse. Al entrar en casa. En muchos restaurantes tienen taquillas para dejar los zapatos y cenas descalzo. En los templos también tienes que entrar descalzado. En la escuela, los chicos dejan sus zapatos en unas estanterías gigantes y van en alpargatas por las aulas. Pero el lugar donde más me ha llamado la atención lo tenia al lado de la oficina, una sala de ordenadores.
La verdad es que cuando te acostumbras, es muy comodo y relajado estar sin zapatos. Pero claro, exige un nivel alto de decencia en los calcetines si no quieres quedar mal! jejeje.
Para cerrar esta entrada, os hablaré de las maquinas lavacabezas automáticas. Sí, sí, habéis leído bien. Fui acojonado a cortarme el pelo, por la barrera idiomática y por los peinados que me lucen los mocitos por aquí. Pero una vez superado el miedo, y viendo que el peluquero es un virtuoso de la tijera, te relajas un poco. Claro que cuando te dice que tienes que meter la cabeza en esta cosa, se borra de un plumazo la relajación. Pero que es eso?
Pues bien, aquí tenéis a un espécimen de lavacabezas. La experiencia fue muy divertida. Imaginaros un montón de chorros de agua a presión incidiendo sobre vuestro cuero cabelludo. Además los chorritos se van moviendo y te hacen unas cosquillas que te bajan por la espalda hasta los pies. En fin, que me costó no retorcerme de gustirrinin! ;)
Mata Atode,
T.et
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